Cuando Diciembre se nos echa encima, los fríos madrileños nos quitan las ganas de surcar los aires, nos compramos los mejores guantes del “Decathlon” y aun así las puntas de los dedos se nos quedan heladas, los labios se agrietan, las térmicas se desvanecen y se recuerdan como un sueño lejano…

No está todo perdido…Tenerife nos ofrece unas condiciones excelentes para practicar el vuelo libre en parapente durante todo el año y unas temperaturas de entre 15 y 20 grados durante el mes de diciembre que harán las delicias de los más volanderos. Es un viaje ideal que organizamos normalmente la semana antes de Navidad o durante los carnavales, en el que tratamos de conocer una zona de vuelo nueva cada día. Tenerife no sólo ofrece unas condiciones aerológicas excelentes venga de donde venga el viento, también nos va a regalar unos de los paisajes más bonitos de España vistos desde el aire. Buscaremos alojamiento en la capital (Santa Cruz de Tenerife), que tiene excelentes conexiones con todas las zonas de vuelo de la isla (en un radio de 70km tenemos más de 15 zonas de vuelo) o en Los Realejos, zona de vuelo bien conocida por ser donde se organiza el famoso festival aéreo “Flypa”. Los precios de Tenerife son agradecidos para el turista nacional y es fácil encontrar alojamiento por menos de 20€ la noche y coche de alquiler por menos de 25€ el día. Compartiendo los gastos como grupo de vuelo los gastos son prácticamente irrisorios.

Parapente Teide

Las zonas de vuelo son de lo más variadas, tenemos vuelos térmicos, grandes acantilados junto al mar, laderas que funcionan casi todos los días del año y vuelos de descenso de más de media hora, estas son mis zonas preferidas y las que me gusta llevar a conocer:

La Corona: este es el despegue desde el que se organiza el “Flypa”, es un mirador con unas vistas privilegiadas del valle de la Orotava, preparado con moqueta, con vientos un tanto caprichosos y un desnivel de 760mts. El color verde del valle contrasta con el blanco de la nube orográfica que se suele formar algunos metros por encima del despegue, con la que podemos jugar a entrar y salir de ella y seguirla a ras varios kilómetros fuera de la ladera aprovechando su efecto de “absorción”. El aterrizaje en la playa del Socorro no es difícil, pero habrá que evitar las horas de mayor afluencia de bañistas. La gran altura con la que se llega sobre la playa permitirá a los más valientes darle al acro con la seguridad de tener agua bajo sus pies, los menos valientes podemos experimentar algunas maniobras o meternos algunos cientos de metros sobre el mar y ver la costa desde lejos, una vista diferente, os lo recomiendo.

Izaña: 2200 metros de desnivel, un vuelo mágico. Bien tempranito nos tenemos que levantar para dejar uno de los coches en el aterrizaje del Puerto de la Cruz, a eso de las 9:00 hay que estar subiendo, se tarda unos 45 minutos, hay que conocer el despegue, de lo contrario es facilísimo pasárselo. Es un despegue fácil, amplio, con buena pendiente. Lo normal es despegar a la carrera o con poco viento, ya que por el gran desnivel es mejor volar en horas de calma. Debajo nuestro el gran mar de nubes que baña el valle de la Orotava nos ofrece un espectáculo único…poco a poco nos vamos acercando hasta que nos vemos buceando entre nubes, dependiendo del espesor de estas estaremos unos segundos o incluso varios minutos (yo he llegado a estar 9 minutos), con lo que se hace necesario volar con brújula o mejor aun con GPS. Una vez atravesadas las nubes se abre ante nosotros la vista de la costa y de la ciudad del Puerto de la Cruz, otra vez podemos llegar a estar sobre el mar a 500, 600, 700 o incluso 800 metros (dependiendo de nuestra vela). El aterrizaje es una gran explanada de parking que casi siempre está vacía, en el paseo marítimo de la ciudad. Haremos las delicias de propios y extraños que pasan por la zona y se quedan boquiabiertos viéndonos aterrizar. Estamos en el centro de la ciudad, recogemos, nos tomamos un refrigerio, comentamos las cosas del vuelo y nos vamos a bañar a una de las playas cercanas…ya lo sé es Diciembre, pero aquí si se puede…

Taganana parapenteTaganana: mi vuelo preferido de Tenerife, está en una zona de la isla que pocos turistas conocen y que sólo algunos locales se acercan a visitar de vez en cuando. Su acceso tortuoso y su única carretera de ida y vuelta le quitan las ganas a muchos, pero nosotros vamos a lo que vamos. Cuando atravesamos el túnel que nos da acceso a la vertiente norte de la ladera se corta la respiración, el desnivel es tal que no se ve suelo, solo cielo y mar juntándose en el horizonte. Las cumbres más verticales de la isla se levantan sobre Taganana. Dejamos un coche en la playa y nos subimos con otro al despegue, un camino bastante inclinado, estrecho y con alguna piedra suelta se empeña en que nos demos la vuelta, pero se llega con cualquier turismo si el conductor tiene un poco de maña.

Vale, ya estamos arriba pero las dificultades no han acabado, el despegue es muy muy inclinado y con el espacio justo para vela y piloto, hace falta algo de experiencia para hacerlo bien a la primera, pero el vuelo más bonito e impresionante de la isla bien compensa las miserias del acceso y el despegue. De manera casi mágica empezamos a ganar altura como si de un globo se tratase, los calmados vientos alisios chocando contra las grandes paredes de piedra dan una sustentación asombrosa y en días buenos podemos llegar a ponernos cientos de metros sobre los picos y ver las dos vertientes de la isla…es MAGIA.

Cuando nos hartemos de volar hacemos un planeo cómodo hasta la playa de la Almáciga, donde se hace una aproximación sencilla o nos podemos quedar haciendo ladera un rato más sobre la costa. Hay que tener controlado un cable de alta tensión que pasa sobre una parte de la playa, no estorba, pero cuando bajamos no es muy visible, simplemente hay que saber que está ahí. Recogemos y nos vamos a comer unos camarones y un pulpo frito típico de la zona, que mala vida…

Martianez: El Puerto de la Cruz, principal ciudad del valle de la Orotava nos ofrece un vuelo de características…”especiales”. No es un gran vuelo, pero si muy curioso y divertido. Llegaremos al despegue cogiendo la salida de la autovia del norte “Puerto de la Cruz – Lago Martianez”, cuando veamos una gasolinera, bastante grande a mano izq. bajaremos el ritmo, justo a su altura hay un carril de deceleración y un desvío a la izq. que debemos tomar, la siguiente rotonda a la derecha y cuando veamos unos jardines a mano derecha aparcamos el coche, ahí tenemos el despegue.

Necesitamos un viento de al menos 10km/hora para hacer cómodamente esta “ladera”, el aterrizaje no se alcanza con el planeo de nuestras velas y hay que garantizar la sustentación.

Nada más despegar hay que girar a la izquierda y apoyarse en las grandes fachadas planas de los edificios de apartamentos que se convierten en este vuelo en nuestra particular ladera. Es muy divertido saludar a todos los curiosos que se asoman a sus balcones a disfrutar del espectáculo, casi se llega a chocarles la mano. Uno se siente estrella de cine, muchísima gente saca su cámara de fotos para llevarse un recuerdo de esta inusual estampa. En días con bastante viento se logra altura como para practicar alguna acrobacia. El aterrizaje se puede hacer arriba con algo de maña o en la playa con sitio de sobra (ojo, a veces la playa se llena). El remonte apenas son 15 minutos.

Para cuando hayamos recogido, el paseo marítimo del Puerto ofrece terrazas, bares y ambiente para pasar la tarde o la noche agradablemente.

Las Teresitas: Cuando el viento está “del revés” en la isla, la playa de las Teresitas nos ofrece un vuelo precioso y con muchas posibilidades. Tenemos dos despegues, el de los valientes desde el mirador y el normal desde las casas de “La Montañeta”. Este tipo de vuelos de costa nos pone regalado el ganar altura con facilidad gracias a la densidad de las brisas marinas. Tendremos un montón de espectadores mirándonos desde la playa, es un vuelo ideal para los más exhibicionistas. Si os gusta la acrobacia o sólo practicar algunas maniobras, éste puede ser un buen sitio. El aterrizaje lo podemos hacer en cualquier punto de la playa donde no molestemos, a mi me gusta aterrizar junto al kiosco “El Último” y dejo encargado un salpicón de pulpo y una cervecita que me estará esperando cuando acabe de plegar. Estamos a sólo 7km. de la capital y podemos combinar una tarde de vuelo con el ocio nocturno de la ciudad.

Taucho / Ifonche: Es el vuelo de condiciones térmicas por excelencia de Tenerife, aquí se hacen algunas de las pruebas del nacional en los meses de invierno. El vuelo está en la zona Suroeste de la isla y el paisaje cambia por completo, nos recordará más a una zona desértica, ya que la isla cambia su paisaje radicalmente en cada una de sus vertientes. El despegue de Taucho es bastante más cómodo que el de Ifonche, pero las vistas del segundo impresionan más…salimos por el hueco de un desfiladero cerrado con formaciones rocosas que recuerdan a una mano con sus dedos apuntando al cielo, lo malo es que hay que tener bien en cuenta la dirección del viento para no encontrarnos rotores en este despegue. Los dos aterrizajes son amplios, el de Taucho en la trasera de la discoteca Tropicana, fácil de identificar por su tejado metálico, brillante y ondulado y el más cercano a Ifonche es bajo los invernaderos que avistamos en el valle en viejos terrenos de cultivo pegados al pueblecito de Fañabé. Es sencillo llegar al aterrizaje de la otra zona de vuelo con girar alguna termiquilla, están cercanos. Tenemos que tener en cuenta que aunque son aterrizajes amplios se nos pueden quedar pequeños debido a las constantes burbujas térmicas que se desprenden desde ellos, son de terreno muy árido. Y como en otras ocasiones…después de volar, a la playa. En la zona Sur de la isla es fácil encontrar temperaturas de 20 a 25 grados en días buenos de invierno.

Mesa del Mar: una vez que llegamos al pueblito costero de mesa del mar, aparcamos el coche junto a sus piscinas naturales que se llenan con el oleaje, con el otro vehículo nos subimos hasta el despegue que está en una urbanización que nunca se llegó a construir, hay que pasar la valla y caminar unos pocos metros cuesta abajo hasta encontrar el borde del acantilado. El despegue es exigente, parecido al de Taganana, pero con menos inclinación, aún así hay que estar hábil levantando la vela. Una vez que el parapente esta sobre nosotros salir a volar es automático, incluso con 7 u 8 km/h de viento nos mantendremos en vuelo gracias a la verticalidad de la pared. Más de 5km. de acantilado volable nos sacarán una sonrisa tonta que tardara en borrarse de nuestro rostro, el vuelo es sencillo, sólo hay un punto algo roto, un poco más difícil a la izquierda del despegue que hay que superar con algo de altura extra. Sobrevolando el borde del acantilado iremos viendo las casas más chulas, curiosas y caras de la zona, las que están al borde del acantilado, al final del cortado, un restaurante con terraza-mirador donde saludar a los curiosos antes de darnos la vuelta. Tenemos que tener la precaución antes de volar y comprobar que el viento no viene cruzado de la derecha, porque, aunque no molesta para el despegue y el vuelo, el aterrizaje podría ser peligroso. A la derecha de la playa donde se aterriza hay un gran peñón que rotoriza con violencia la zona del aterrizaje, si esto ocurriera tenemos que aprovechar la puntita izquierda de la playa y tratar de no llegar a la sombra del peñón. Para rematar, pescadito fresco de la zona y unas papas arrugadas con mojo.
Además de estos vuelos, que son los que a mí me gustan, existen docenas de despegues más, casi todos vuelos más pequeños, pero que son buenísimas alternativas para cuando soplan vientos menos comunes en las isla o de mayor intensidad a la normal.

Os dejo un link de la página “parapentecanarias” (http://www.parapentecanarias.com/zonas-de-vuelo/) para que veáis la cantidad de despegues de los que dispone la isla.

¡Nos vemos en Tenerife!

2 Comentarios

  • Local,

    Por favor recordar que en vuelos como el de Mesa del Mar hay techo de altura al ser pasillo aéreo para el aeropuerto Tenerife Norte, en este caso no pasar de 500m

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